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Ricki Motta: intuición y entrega.

 

Los inicios de Ricardo Motta en el mundo gastronómico puede que no hayan sido motivados por ningún pariente cercano o vivencia que haya marcado su infancia, sino que más bien nació del sentido de curiosidad e intuición propio. Confiesa que se metió en el rubro sin saber demasiado lo que hacía, y que fue su entrega lo que lo llevó a darlo todo. Su ansiedad fue otro de los pilares que determinó su rumbo: en pocos años lo llevó a probarse en varios escenarios, desde trabajar en restaurantes con servicio de catering o locales de comida rápida, hasta dar clases en institutos de cocina o abrir dos restaurantes propios.

Desde Mendoza, Argentina

Ricardo Motta (29) nació en Mendoza, Argentina, y se graduó de Técnico Superior en Gastronomía y Alta Cocina, en la escuela Islas Malvinas, donde más tarde también fue profesor.  A los 19 años trabajó en una empresa de catering en el sector de compras y departamento de cuentas, debiendo trabajar jornadas muy extensas (18 horas por día) y bajo mucha presión. En el 2007, trabajó en “1884 Restaurante” (de Francis Mallmann, en Mendoza), una pasantía corta pero súper intensa, en dónde conoció gente que realmente lo marcó. A los 22 años montó su propio restaurante en su ciudad natal, y luego entre el 2012 y 2015 trabajó alternando temporadas en Europa con temporadas en Mendoza y Uruguay. En 2014 y 2015 trabajó en “Siete Fuegos”, restaurante también de Mallmann, en Mendoza.

Trabajó además en Francia, en castillos antiguos (del 1300), a cambio de comida y alojamiento; así como en Ámsterdam, Alemania, Dinamarca e Italia. En medio de tanta experiencia en restaurantes, Motta se tomaba algunos días para viajar y conocer nuevo rincones del mundo. Confiesa que nunca ahorró, y que la mejor inversión de su vida la hizo en viajes y comida. Si bien la clásica pregunta sobre su plato o comida favorito le resulta cada vez más difícil de contestar, el pollo a la portuguesa que cocinan en casa de sus padres es lo primero que pasa por su mente.

Ricardo Motta en un gran equipo de cocineros uruguayos

Actualmente Motta trabaja en el restaurante de Bodega Garzón, y es el único extranjero de un gran equipo de cocineros uruguayos instruidos por Tomi Scarpetti, el mejor cocinero con el que Motta confiesa haber trabajado. En Garzón se centran en las técnicas, la calidad de los productos y en que los mismos sean locales y de estación. La honestidad hacia los comensales es otro de los focos, así como la honestidad hacia la profesión misma. El aprendizaje es constante, así como los aportes y el esfuerzo de cada integrante por dar lo mejor de sí. El rol de Motta consiste en liderar la cocina, y de la mano de una de sus colegas, lidera todo el restaurante. “Estoy en un lugar que aprendo muchísimo y que me mantiene muy ocupado y entretenido. Estoy feliz”, afirma.

A futuro Motta planea volver a trabajar de manera freelance, “yendo de aquí para allá formando parte de diferentes eventos…una manera muy divertida de ser cocinero, sin acotarse a un estilo único y sin ser etiquetado con nada, sino con todo. El mundo es enorme y las posibilidades son muchas. Muchas culturas, muchos productos, muchos cocineros, muchos sabores, infinitas combinaciones. Volver a Mendoza, a echar raíces, pero en maceta.”

 

Fotos: Manuel Mendoza.

Texto: Josefina Panzera


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